La cofradía penitencial de Nuestro Padre Jesús Nazareno es
una de las 5 de mayor antigüedad de la ciudad, impulsora de los grandes pasos
procesionales de Valladolid. En realidad, su historia ha sido un constante afán
por conservar una identidad, al principio amenazada por la Orden de San Agustín
en cuyo seno había nacido y después por la institución municipal, necesitada de
espacio para la construcción de las nuevas Casas Consistoriales, una vez que
habían sido derribadas en 1879 las construidas en el siglo XVI por Juan de
Herrera.
En 1596 fue fundada esta cofradía en el Convento de los
agustinos calzados de Valladolid, actual Archivo Municipal. Allí, para
entonces, ya podían existir asociaciones devocionales como la Cinta de Nuestro
Padre San Agustín y Santa Mónica o la de Ánimas de San Nicolás de Tolentino.
Pudo partir de los capítulos reunidos de los frailes agustinos el aliento hacia
una cofradía que, como así ocurrió, reuniese las devociones anteriormente
vinculadas. Se resaltaba en las Reglas y Constituciones la obligación de sus
cofrades de “seguir fieles a Jesús con la Cruz a cuestas”, estableciendo la
anterior citada unión con las cofradías propias de los frailes agustinos y la
obligación de salir en procesión. Según María Antonia Fernández del Hoyo
existía una capilla, muy próxima al crucero, que se denominaba de San Juan Crisóstomo,
San Nicolás de Tolentino o de Jesús nazareno, aunque también mencionaba otra de
Jesús Nazareno y después de Santa Mónica, donde según el Libro Becerro de este
convento de San Agustín, residía “la cofradía de los Nazarenos”:”en que tiene
los pasos para la Procesión que saca dicha cofradía de este convento el Viernes
Santo por la mañana y las cruces para los que vienen con túnicas moradas en la
capilla de los Peñaranda en el claustro y aunque este convento solía ir en la Procesión,
se ha dejado por las diferencias que había con la parroquia de San Julián sobre
los lugares”, es decir, sobre las preeminencias. Al principio, los 3 pasos
procesionales con los que contaba eran de papelón.
Pronto van a surgir las desavenencias con los frailes. Lo
que anteriormente se había llamado Junta de Oficiales de la Cofradía se
convirtió en Cabildo de Gobierno y en ellos fue omitida la presencia del
representante de la comunidad religiosa. Reuniones que abandonaron el convento
y pasaron a celebrarse en la cercana, antigua y hoy desaparecida parroquia de
San Julián, en la calle de la Encarnación, o en la ermita de Nuestra Señora del
Val. Fijándose los cofrades en la disponibilidad de espacios por parte de las
otras cofradías penitenciales, se creyó oportuno considerar la posibilidad de
construir una “casa y sala de cabildos”, así como un hospital. En 1627, el
regidor Andrés de Cabezón ofreció suelo a la cofradía en la Rinconada, para la
construcción de todo ello, contribuyendo con su hacienda e incluso dejando unas
memorias, en el caso de convertirse en patrono del templo.
La primera ruptura seria entre los agustinos y la cofradía de
Jesús Nazareno se produjo en 1651, aunque ambas partes comprendieron que debían
continuar manteniendo sus relaciones. La cofradía siguió construyendo su sede
hasta su conclusión en 1676. Los cofrades salieron de este convento de San
Agustín sin avisar aquel Viernes Santo, 3 de abril del citado año, no volviendo
jamás a él. Con esta nueva sede llego también la promulgación de una nueva
Regla y el enfrentamiento abierto con los frailes agustinos que culminó en
1684, cuando hubieron de entregar sus pasos procesionales a los frailes, necesitando
encargar nuevas tallas entre las que se incluía su propio titular.
Efectivamente, la imagen titular de la Cofradía, el
primitivo paso del Despojo y el “paso grande” del Crucificado (conocido hoy
como “Sed Tengo”) son las 3 escenas en madera que se citaban en la planta
procesional de 1662. Tras el órdago de los cofrades en 1676 y la interposición
del pleito por parte de los agustinos, con la sentencia que finalmente les
resultó favorable, los “nazarenos” hubieron de devolver sus pasos, encargando
unos nuevos a los más afamados imagineros del último cuarto de siglo XVII. Nos
referimos a Juan de Ávila que se responsabilizó de las tallas del paso del
Despojo y a Juan Antonio de la Peña que tallo el crucificado, aún vivo y
agonizante, para el paso grande, el que hoy conocemos como Santísimo Cristo de
la Agonía, además de la compra que realizaron de sayones a los agustinos. Muy
probablemente también Juan Antonio de la Peña, o Alonso de Rozas, pueda ser el
autor de la actual talla de Jesús Nazareno, siguiendo un modelo anterior de
Pedro de la Cuadra. Con la recogida que la Academia y el Museo realizaron de
los secundarios o “historiado” de los pasos, quedaron en esta Penitencial las
tallas centrales o de devoción. A los
Cristos Nazarenos y de la Agonía, habría de unirse el nuevo del Despojo, el
cual sustituía en 1801 al antiguo, pues había padecido pasto de las llamas en
el incendio de 1799.
A principios del SIGLO XVIII, la cofradía emprendió la
realización del primitivo retablo barroco del Nazareno. La escultura del mismo
es encomendada a un Cofrade, como lo eran casi todos los imagineros, José De
Rozas, el cual recibió la vara de alcalde de la Cofradía. Entre las tallas con
las que contaba, se hallaban los apóstoles Pedro y Pablo que aún hoy podemos contemplar.
Ventura Pérez subraya la inauguración de este retablo en 1716, tras haber sido
dorado.
El mencionado incendio de 1799 condujo a la desaparición de
diferentes obras artísticas, además de retablos. El mayor pudo sufrir serios
daños. Consideraron los cofrades que era el momento de venderlo, conservando
las mencionadas tallas de los “Príncipes de los Apóstoles ”. El nuevo retablo
habría de colocarse en 1817, con un espíritu artístico bien diferente. Los
colaterales eran de porte neoclasicismo.
Los medallones del ático representaban las Sagradas Familias de Jesús y
de María, una reunión iconográfica que no fue extraña, ni siquiera en
Valladolid. En ambos retablos se ubicaban las tallas del citado Cristo del
Despojo de Claudia Cortijo y de San José de Manuel de Ávila.
El único retablo barroco que conserva esta iglesia
Penitencial es el propio de la Virgen de la Soledad, imagen de vestir cuya
devoción prolifero notablemente en el barroco nacional: la representación de la
Madre de Dios con las ropas de viuda española. Fue colocada en el cuerpo de la
iglesia por 2 cofrades en 1706. Cuando el templo conservaba la extensión
primitiva, el retablo que nos ocupa se hallaba colocado más próximo a la
entrada del templo. Es la Virgen del Sacro Monte Calvario, con una notabilísima
presencia histórica en la trayectoria espiritual de estos cofrades. En la parte
inferior, a modo de sepulcro y dentro de la urna, se sitúa el Santo Cristo
Yacente. El retablo es coronado por u a imagen de la Fe. Frente a este se
dispone el mencionado “ Cristo de la Agonia”.
Procesiones en las que participan:
Domingo de Ramos.
Miércoles Santo: Via-Crucis Procesional.
Jueves Santo: Peregrinación del Silencio.
Viernes Santo: Procesión General de la Sagrada Pasión del
Redentor.
Domingo de Resurrección: Procesión del Encuentro de Jesús
Resucitado con la Virgen de la Alegría.
El escudo de la Cofradía consta de las siglas JHS (Jesús
Hombre Salvador) rodeado por una corona de espinas, todo ello en color dorado.
Hábito:
Hábito:
El hábito compuesto de túnica y capirote de terciopelo morado,
deberá llevar galón dorado en la parte frontal, bajos y bocamangas que irán
adornadas con encaje de color blanco y los botones serán forrados de la misma
tela. En el borde inferior izquierdo del capirote figurará en color oro el JHS.
Se complementará con cíngulo amarillo, guantes blancos y zapatos y calcetines
negros.
La medalla acoge en su interior la imagen de cuerpo entero
de Nuestro Padre Jesús Nazareno. Va asida a un cordón morado con borla del
mismo color.
Cruz alzada y ciriales:
La Cruz data del año 1933 y esta realizada en bronce plateado. Es la insignia que abre las procesiones particulares de la Cofradía, el Miércoles y Jueves Santo. La manguilla que lleva se corresponde con el color litúrgico del día que se celebra la procesión; en nuestro caso morado el miércoles y blanco el jueves. Esta acompañada por dos ciriales que se portan alumbrándola a ambos lados de ella. Se viene usando, con continuidad, desde su restauración en los primeros años 90 del siglo XX.
La Cruz data del año 1933 y esta realizada en bronce plateado. Es la insignia que abre las procesiones particulares de la Cofradía, el Miércoles y Jueves Santo. La manguilla que lleva se corresponde con el color litúrgico del día que se celebra la procesión; en nuestro caso morado el miércoles y blanco el jueves. Esta acompañada por dos ciriales que se portan alumbrándola a ambos lados de ella. Se viene usando, con continuidad, desde su restauración en los primeros años 90 del siglo XX.
En la historia de la Cofradía están documentados ( a modo de
ejemplo) los acompañamientos de las parroquias de San Julián en 1602 con su
Cruz y la de Santiago en 1815 con la suya. En aquellas ocasiones la Cruz
parroquial no iba en cabeza sino presidiendo (cerrando) la Procesión.
Simboliza nuestra unión a la iglesia universal de Jesucristo
a través de la dependencia canónica
(sede) al territorio parroquial.
Cruz guia:
Antiguamente no era utilizada y la Procesión empezaba con la pendoneta portada por el Mayordomo. En Valladolid se empezaron a usar a partir de la instauración de las procesiones por el arzobispo Gandásegui. Va alumbrada por 2 o 4 faroles.
Antiguamente no era utilizada y la Procesión empezaba con la pendoneta portada por el Mayordomo. En Valladolid se empezaron a usar a partir de la instauración de las procesiones por el arzobispo Gandásegui. Va alumbrada por 2 o 4 faroles.
La de nuestra cofradía esta realizada en el año 1940 en
madera lacada en negro con resplandores y cantoneras en plata al estilo de la
Cruz procesional de la imagen de Nuestro Sagrado Titular. Su presencia en las
procesiones es segura desde los primeros años 40 (existen documentos gráficos).
En esos primeros años la Cruz de Guía no encabezaba la Procesión. Desde que se generaliza su uso por parte de
las cofradías vallisoletanas la tendencia es a ir en cabeza en las
procesiones. Va acompañada de 2 faroles plateados, del estilo de las
cantoneras.
La simbología de su uso es evidente: la Cruz significa el
sacrificio de Cristo y en sentido más general identifica a los cristianos.
La pendoneta:
La cofradía tiene como insignia principal la pendoneta, que es una bandera con el IHS bordado en el centro. Preside las fiestas principales en la iglesia. Es de forma farpada con una escotadura y 2 puntas. De tela adamascada morada y con borlas en las 2 puntas, fue confeccionada y bordada por Doña Isabel Zamora en el año 1991. Sustituyó a una más antigua, que se conserva en el Salón de Cabildos.
La cofradía tiene como insignia principal la pendoneta, que es una bandera con el IHS bordado en el centro. Preside las fiestas principales en la iglesia. Es de forma farpada con una escotadura y 2 puntas. De tela adamascada morada y con borlas en las 2 puntas, fue confeccionada y bordada por Doña Isabel Zamora en el año 1991. Sustituyó a una más antigua, que se conserva en el Salón de Cabildos.
Tiene un mástil de madera o asta de 3 metros de altura que
acaba rematado en un JHS de bronce plateado.
Antiguamente el asta era una lanza a la que se le quitaba la moharra. Se
porta enhiesta sobre una bandolera lateral.
Guiones:
Son pequeños estandartes que tienen el escudo de la Cofradía bordado en un lado y su nombre en el otro, a modo de indicación al pueblo que presencia las procesiones.
Son pequeños estandartes que tienen el escudo de la Cofradía bordado en un lado y su nombre en el otro, a modo de indicación al pueblo que presencia las procesiones.
Banderas arrastradas:
Las 2 pendonetas arrastradas tienen el mismo significado y forma aunque de menor tamaño que la pendoneta mayor. Se portan sobre el hombro como se hacía antiguamente, significando el debido respeto y el luto por la muerte de Cristo.
Las 2 pendonetas arrastradas tienen el mismo significado y forma aunque de menor tamaño que la pendoneta mayor. Se portan sobre el hombro como se hacía antiguamente, significando el debido respeto y el luto por la muerte de Cristo.
Éstas, realizadas por la Hermana Cofrade Doña Leo Gómez,
sustituyeron en el año 2005 otra anterior que se encontraba demasiado deteriorada
para ser portada en procesión.
Libro de Reglas: el libro con los estatutos de la Cofradía
se lleva sobre la parte frontal de un Cofrade sujeto con ambas manos. El estuche
porta-regla fue un regalo entregado a nuestra cofradía por la homónima de
Medina del Campo con motivo de Nuestro hermanamiento. Desfila con la cofradía
desde el año 2000. Anteriormente era portado un Evangelio del siglo XVIII que
guarda la cofradía en su archivo.
Los bastones que le acompañan tienen 2 anagramas con el JHS
de plata sobre varas de madera de cedro barnizada.
El llevarlos en procesión da idea de la importancia de los
fines de la Cofradía y su presencia constante en la vida y relaciones de los
cofrades.
Bandera Concepcionista, espada y cirio:
Entregada a la cofradía el 8 de diciembre de 1993, en la
ceremonia de agregación con la Primitiva Hermandad de los Nazarenos de Sevilla (El
Silencio). En un lado tiene el escudo de la cofradía sevillana (la cruz de
Jerusalén) y en el otro el símbolo de la salutación angélica a la Virgen María
en azul celeste. Es de raso blanco y tiene un mástil plateado con repujados
rematado con un copete con otro Ave María en plata.
Procesiona escoltada por una espada y un cirio que representan el alumbramiento y la defensa con la vida del juramento de sangre en defensa del dogma de la Inmaculada Concepción de la Santísima Virgen.
Procesionan con la Cofradía desde la Semana Santa de 1994.
Procesiona escoltada por una espada y un cirio que representan el alumbramiento y la defensa con la vida del juramento de sangre en defensa del dogma de la Inmaculada Concepción de la Santísima Virgen.
Procesionan con la Cofradía desde la Semana Santa de 1994.
Estandarte de Nuestro Padre Jesús Nazareno:
Realizado en seda morada con bordados en hilo de oro. En su
centro tiene la imagen del Nazareno realizada con pliegues de terciopelo morado
con bordados dorados y estando pintadas las encarnaduras de las manos y cara.
En la parte posterior tiene una cruz de plastrón con un JHS y el nombre de la
cofradía pintado. El mástil lleva en su copete una cruz de plata, sujetándose
el palo transversal con un cordón que cae por los lados.
Hasta mediados de los años 40, del siglo XX, la imagen del
nazareno se correspondía con un medallón de plata (hay un documento gráfico en
el que se aprecia levemente esta disposición).
Los estandartes anuncian la presencia de los pasos
titulares, y son acompañados por dos cofrades con bastones de diputado con
borlas. Son, en sí mismos, imágenes objeto de devoción y por tanto no deben
rendirse ante la presencia de imágenes de bulto.
Estandarte del Santísimo Cristo de la Agonía:
Realizado en unos talleres valencianos y adquirido por
suscripción popular en el año 2002. En su centro tiene una cartela con una
bella imagen pintada al óleo y a todo color de la cara del Santísimo Cristo de
la Agonía, sobre un fondo de raso morado con adornos dorados. El mástil tiene
en su parte alta un JHS. También tiene cordones y borlas y va acompañado de dos
bastones de diputado con borlas.
Banderín de la Guardia Civil:
Es portado tras la imagen de Nuestro Padre Jesús Nazareno, a
la cual acompaña en sus salidas procesionales un piquete de dicho cuerpo,
Cofrade de Honor de la cofradía.
Faroles de escolta:
En la Procesión General del viernes Santo van escoltando a
Ntro. Padre Jesús Nazareno, portados por sus comisarios.
En el Vía-Crucis Procesional del Miércoles Santo, cuatro de
ellos cierran el cortejo procesional.
Bastón de mayordomo:
Lo porta el Mayordomo de Ntro. Padre Jesús Nazareno en la
Procesión General de la Sagrada Pasión, el Viernes Santo.
Banderín de los Sres. ex Alcaldes:
Lo porta un ex-alcalde de la cofradía en las salidas
procesionales. Es un sencillo banderín en terciopelo morado con el JHS bordado
en oro sobre mástil de madera.
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