La Real y Venerable Cofradía de la Preciosísima Sangre de
Ntro. Señor Jesucristo, fue fundada en el año de Nuestro Señor de 1929, cuando
un pequeño núcleo de fieles cristianos, al apreciar que, a un acto tan
conmovedor no se lo rinde tributo, en la cada vez más edificante Procesión del
Santo Entierro (actual Procesión General), ideó formar una hermandad, que
acompañase al Señor en ese día, y al efecto, por D. Alberto Guiloche, se trató
de llevar a la práctica esa idea, solicitando audiencia al Sr. Arzobispo
Concedida ésta, el día 6 de abril de 1929, tuvieron el honor
de ser recibidos por el entonces Prelado de la Diócesis, Excmo. y Rvdmo. Sr. D.
Remigio Gandásegui, los cuales testimoniaron a su Excelencia su agradecimiento,
por haberles autorizado a asistir corporativamente a acompañar a Nuestro Señor
en su Santo Entierro, aunque no tuviera aún esta agrupación carácter oficial
alguno.
Seguidamente tuvieron la íntima satisfacción y gran honor de
escuchar de sus labios frases de tan feliz acogida como la siguiente: "...
y vi con suma complacencia como, espontáneamente, sin elemento propulsor
alguno, sin más que mi aquiescencia, surgía esporádicamente, como producto de
una conducta única, hija de su Fe católica, un conglomerado de elementos, los más
heterogéneos entre sí, desconocidos unos de otros en su mayoría; se unieron con
el sólo fin de acompañar en su Santo Entierro el Cristo muerto, vistiendo los
colores de su Preciosísima Sangre en su cuerpo y los del luto por su muerte en
su cabeza y pecho..."
A continuación, su Ilustrísimo, discurrió ampliamente, sobre
la Constitución, régimen y fines de la Cofradía a estos efectos, autorizándonos
para que, previa solicitud, que acogería con mucho afecto, se confeccionara un
Reglamento para su vida futura. Siguiendo este preámbulo, termina así la
exposición de motivos de la nueva Cofradía: "... cuyo fin, no deseamos se
circunscriba a acompañar al Cristo en su Entierro; que abarque tanto como su
título obliga: de la Preciosísima Sangre de Nuestro Señor Jesucristo, pues si
derramar la sangre humana de un inocente clama justicia, la de un Dios clara
reparación, desagravio, amor; y como es indudable que la casi totalidad de los
que han tenido la fortuna de conocer la idea cristiana llevan en el seno de su
alma, más o menos adormecido, pero latente, el sentimiento cristiano y la Fe
católica, sea nuestro fin, hacer pasar este sentimiento de la potencia al acto,
en todos los momentos de la vida, ya que Cristo no derramó su sangre por los
suyos, ni por su pueblo, ni por su raza, sino por toda la Humanidad".
El 22 de abril de 1929, bajo el asesoramiento del Sr.
Arzobispo, tiene lugar la Junta General de Constitución, en la que se designa
la que será la Junta Directiva, y autorizando la organización de la Cofradía
con el titular de "La Preciosísima Sangre de Ntro. Sr. Jesucristo".
Se finalizó dando por constituida la Cofradía con domicilio social en la
Iglesia de San Felipe Neri.
Presentada y admitida la instancia, fue aprobado el
Reglamento por Decreto de la Autoridad Eclesiástica de fecha 11 de marzo de
1930.
Al no disponer de sede ni de talla propia, la Cofradía de la
Preciosísima Sangre es acogida por la Ilustre Cofradía Penitencial de Ntra.
Sra. de las Angustias en su Iglesia Penitencial, permaneciendo allí hasta
febrero de 1952, año en el cual se volvió a abrir al culto la Iglesia
Parroquial de Sta. María La Antigua, siendo ésta designada como sede oficial de
la Cofradía hasta nuestros días. Hasta 1942, alumbró la Imagen, propiedad de la
Cofradía de las Angustias, conocida como Cristo de los Carboneros, obra de
Francisco del Rincón (S.XVII), por haber sido portado por los mozos del carbón.
En estos primeros años de existencia de la Cofradía, tan
sólo participaba en la Procesión del Sto. Entierro, en la tarde del Viernes
Santo. En la primera salida procesional por las calles de Valladolid, se
alinearon 40 cofrades, que portaban hachones eléctricos, y consiguieron la
confección de sus primeros hábitos, que se componían de una túnica roja con
peto al pecho y espalda de terciopelo negro, capirote, guantes y zapatos
negros, colores de sangre y luto (en 1949, se agregó la capa de color rojo). En
1931, previa disposición del Excmo. Prelado de la Diócesis, la Imagen iba
escoltada por ocho cofrades, los cuales debían llevar vela litúrgica.
Una vez resueltos los trámites oportunos, y con la excelente
predisposición que discurrió entre las Cofradías de las Angustias y de la
Preciosísima Sangre, se inició la construcción de una carroza, que transportara
dignamente la Sagrada Imagen, con una plataforma de madera, dos ejes centrados,
uno de ellos giratorio para facilitar las maniobras de conducción. Se instalan
cuatro candelabros de latón con veinte lámparas de 5W, y una greca remate en la
parte inferior de la plataforma de madera, frente a la cruz 44 lámparas tipo
vela alumbraban de forma tenue la Imagen del Crucificado, dando una visión
angustiosa y muy exacta a la vez, del momento trascendental de la muerte. La
carroza, dadas las buenas relaciones que manteníamos con la Cofradía de las
Angustias, fue alojada en la Sala de Pasos, contigua a la Iglesia. Costó la
cantidad de 1.000 pesetas.
De acuerdo de la Junta General, a finales de 1931, se
procedió a realizar inventario de los objetos propiedad de la Cofradía,
valorándose y asegurándose todos ellos contra incendio. Los citados objetos
eran los siguientes: una greca de bronce de veinte piezas con funda, 4 barras
agarradero de metal de la carroza, 20 tulipas y 20 lámparas flama, 4
candelabros de la carroza, 44 velas eléctricas, la peana de la carroza, 65
lámparas eléctricas para la Procesión, 1 pendoneta damasco con vara y cruz, 2
bastones insignia con puño, 2 bastones insignia con cruz, colgaduras para carroza
y guardamalletas, 6 túnicas conductores carroza completas, 14 medallas de
cofrade, 1 carroza con instalación, 2 sabanillas, 2 candelabros misa, 4
candelabros propiedad del Sr. Mozo, 1 reflector con bombilla, 1 tablero para
sacar la carroza, 1 matacra en propiedad del Sr. Jover. El total del inventario
ascendía a 4.865 pesetas.
Los años cuarenta son motivo de curiosidades y actos que
ilustran el crecimiento espiritual y organizativo de la Hermandad. Así en 1941
se toma la decisión de realizar un Novenario al Santísimo Cristo, como acto
religioso principal de la Cofradía, entre los días 22 al 30 de marzo. Las
fiestas religiosas que celebraba la Cofradía, además del Solemne Novenario,
eran el Vía-Crucis todos los miércoles de Cuaresma, los Divinos Oficios, el
Depósito de los Tres Credos y Tres Salves el Viernes de Dolor, el Triduo
dedicado a la Preciosa Sangre y algunos otros más.
La tradición del Novenario perduraría en el tiempo hasta que
fue sustituido por el actual Solemne Quinario, que viene celebrándose en las
semanas inmediatamente anteriores al Domingo de Ramos.
El cargo de Hermano Mayor data de 1942, y es la persona que
asume la dirección de la Cofradía. Éste cargo, sin embargo, empezó siendo
honorífico, ya que la verdadera máxima autoridad de la Cofradía era la del
Presidente.
En 1943, ante el visible deterioro de la talla del Cristo de
los Carboneros, se comienza a procesionar el Cristo en la Cruz, de Juan de Juni
(S.XVI), que se veneraba en el Convento de las R.R.M.M. Catalinas, donde dice
la historia popular que a los pies del crucificado, descansan los restos del
escultor.
Actualmente preside el ábside de la Iglesia de San Pablo, en
Valladolid. Durante unos años se procesiona, con gran alegría, por haber
solucionado, momentáneamente, el vacío producido, pero una vez más la belleza
está reñida con la disposición humana y una gran grieta en el pecho del
Crucificado y, por lo tanto, un gran riesgo de deterioro de la policromía,
provocado por la lluvia, obligan a pensar en tener una Imagen propia.
Habían transcurrido algunos años desde que la Cofradía
empezó a participar en la
"Procesión de Penitencia y Caridad", en la tarde del Jueves
Santo.
En los años 59, esta Procesión, en obsequio de los privados
de salud y de los privados de libertad, salía a las cuatro de la tarde, formando
a la puerta de la Iglesia Parroquial de Santa Magdalena con el paso titulado
"Cristo del Perdón" en primer término (hace más de cuarenta años
salía el "Cristo del Despojo"), al cual seguían los de la
"Quinta Angustia", de Gregorio Fernández, que se venera en la Iglesia
de San Martín, asistida por la numerosa Cofradía de la Piedad, y la magnífica
escultura de "Cristo Crucificado", obra auténtica de Juni, alumbrada
por la Cofradía de la Preciosísima Sangre.
A las cuatro en punto, salía el Clero Parroquial de la
Magdalena, con cruz alzada, poniéndose en marcha la Procesión en cuanto se
incorporaban a ella los profesores de Facultad y Colegio de Médicos, en ella
congregados. Y todos juntos se aproximaban a la entrada del Hospital
Provincial, donde se entonaba una devota plegaria.
Cumplida esta obra de piedad, se dirigían todos por la Avda.
de Ramón y Cajal hasta Chancillería, de donde salía el Ilustre Colegio de
Abogados y el personal de la Excma. Audiencia que deseaba asociarse a la
segunda visita, haciendo la penitencia de recorrer el trayecto que llegaba
hasta la Prisión Provincial, ante la cual se situaban los pasos, cantando los
presos, la copla de penitencia "Perdón, Oh Dios Mío".
A la vuelta, la Excma. Audiencia y Colegio de Abogados
proseguían vía recta hasta la Chancillería; pero el resto de la Procesión,
torciendo por la Iglesia de San Pedro, proseguía hasta dar frente al Sanatorio
Antituberculosos, cuyos enfermos recibían el consuelo de esta visita espiritual,
y al efecto, situados los pasos en la carretera, pero dando frente al
Sanatorio, se entonaba una plegaria. Los señores profesores y Colegios de
Médicos entraban en la Facultad, la Cruz y el Clero en la Parroquia de la
Magdalena, y las Cofradías, apagadas ya las luces, acompañaban a sus pasos a
sus respectivas Iglesias.
El 24 de febrero de 1952, la Cofradía de la Preciosísima
Sangre, después de haber permanecido acogida en la Iglesia Penitencial de Ntra.
Señora de las Angustias desde su fundación en el año 1929, por designación del
Excmo. y Rvdmo. Prelado de la Diócesis, se traslada a la Iglesia Parroquial de
Santa María La Antigua. A las 19:30 de la tarde se puso en marcha, desde la
Penitencial de las Angustias, la Procesión traslado del Santísimo, con que se
iniciaban los actos de apertura. Abría la marcha la cruz procesional con
ciriales, y formaban los niños y niñas de las escuelas y colegio enclavados en
la circunscripción parroquial, las Cofradías y Asociaciones y las cuatro ramas
de Acción Católica, con sus banderas y estandartes. La Cofradía de la
Preciosísima Sangre, que fija su sede en la Parroquia, con todos los miembros
revestidos con túnica, y acompañados de la Cofradía de Ntra. Señora de las
Angustias. Acompañaban el cortejo todos los sacerdotes de la ciudad, y presidía
el Reverendísimo Prelado de la Diócesis, que portaba el Santísimo bajo palio.
Cerraba la presidencia constituida por las excelentísimas autoridades locales.
En 1952, deseando tener una talla propia, la Cofradía
encarga al imaginero Genaro Lázaro Gumiel, una talla inspirada en el
Crucificado de Juan de Juni, pero que fuera de tamaño superior al original, con
la única orientación de unas fotografías enviadas por la Cofradía.
El 13 de marzo de 1953, es presentado y bendecido en la
Iglesia de Sta. María La Antigua, la talla del Stmo. Cristo de la Preciosísima
Sangre, a la que se le dará culto en la Capilla de los Tovar. Dicho año procesiona
por primera vez, siendo la primera talla del siglo XX en participar en la
Semana Santa de Valladolid.
En 1955, se estrenó para la ocasión una carroza que destaca
por ser guiada sin lanza, y con un mecanismo de abatimiento de la Imagen que
permite entrar y salir de la Iglesia. Este proyecto de carroza fue posible,
sobre todo, a la desinteresada aportación de los cofrades Fernando de Andrés y
Enrique Hernández Muñoz, y llevado a cabo en los Talleres Vulcano.
Se completó el proyecto merced al innumerable conjunto de
donativos de cofrades y hermanas de devoción, así como de otras Ilustres
autoridades locales y organismos oficiales, en cuestación especialísima y sin
parangón en toda su historia, llevada a cabo por la Junta de Gobierno de la
Cofradía, cuando al frente de la misma se encontraba D. Saturnino Gutierrez.
En 1954, y coincidiendo con la celebración del 25
Aniversario de nuestra fundación, se concede el título de Venerable.
En la década de los 70, se otorga a la Cofradía, la
Procesión de la Buena Muerte, en la noche del Lunes Santo, acompañando al Stmo.
Cristo del Olvido, obra de Pedro de Ávila en 1720, venerado en la Iglesia de
San Felipe Neri.
La Procesión recorre las calles adyacentes a la Catedral, la
Universidad y el Palacio de Santa Cruz, realizando Estación de Penitencia en el
Santuario Nacional de la Gran Promesa, ante la Imagen del Sagrado Corazón.
En sus inicios, la seña de identidad de la Procesión era el
riguroso silencio, únicamente interrumpido por el rezo del Santo Rosario
durante su recorrido.
El acompañamiento musical que hasta entonces había tenido la
Cofradía, siempre había correspondido a formaciones totalmente independientes,
siendo en su mayoría de destacados regimientos militares.
En el año 1974, se inician las gestiones para promover la
creación de una sección musical propia, siendo en el año 1976, cuando se funda
la Banda de Cornetas y Tambores del Santísimo Cristo de la Preciosísima Sangre,
para acompañar a su Titular en la tarde de Jueves Santo y en la noche del
Viernes Santo.
A partir de los años 90, la Cofradía comienza a incrementar
su número de cofrades. Se produce el paso de diferentes Hermanos Mayores: D.
Ignacio Gutiérrez, D. Sebastián Cano (Presidente de Junta Gestora) y D. Pablo
Marcos. Todos ellos colaboraron en el avance y mejora de la Cofradía,
realizando obras tales como la confección de la bandera y guiones juveniles, el
asentamiento económico de la Cofradía, la remodelación del calvario de la
carroza, la realización de nuevos hachones y varas y la segunda reforma de los
Estatutos.
En el año 2000, es elegido como Hermano Mayor D. Enrique
Hernández Campos, siendo precursor y responsable de varias efemérides de
importancia.
En el 2002, se produce el 50 Aniversario del traslado de
sede de nuestra Cofradía, desde la Iglesia de Ntra. Sra. de las Angustias a su
sede actual, la Iglesia de Santa María La Antigua, y se quiso recordar la
efeméride con unas conferencias y con una Solemne Eucaristía presidida por el
Excmo. y Rvdmo. Sr. Arzobispo de la Diócesis, D. José Delicado Baeza, en cuyo
transcurso hizo una oración especial ante la Imagen del Cristo de los
Carboneros.
Como colofón a todos estos actos y durante la Semana Santa,
el día del Jueves Santo, a la conclusión de la Procesión de Penitencia y
Caridad, la Venerable Cofradía de la Preciosísima Sangre hizo una visita
extraordinaria a la Cofradía de las Angustias, celebrándose un Solemne acto de
recepción en el interior del Templo Penitencial.
En Marzo de 2002, se produce el acto de Hermanamiento con la
Cofradía del Bendito Cristo del Amparo, de la vecina localidad vallisoletana de
Corcos del Valle, con motivo el centenario de fundación de dicha Cofradía.
A partir de ese momento, las dos Cofradías realizan
conjuntamente la Procesión local cada Cuaresma.
En este mismo año 2002, se produce una novedad en la
Procesión de la Buena Muerte, la cual tiene lugar en la noche del Lunes Santo.
Una vez concluido la Estación de Penitencia en el Santuario
Nacional de la Gran Promesa, se acude al Real Colegio de San Albano (Los
Ingleses).
Una vez allí, se realiza una ofrenda floral y se entona la
Salve Popular ante la Imagen de Nuestra Madre Santísima la Virgen Vulnerata.
En el año 2003 se celebra el 50º Aniversario desde que el
escultor Genaro Lázaro Gumiel tallara la Imagen Titular. El Santísimo Cristo de
la Preciosísima Sangre, fue restaurado para la ocasión y presidió el Pregón de
Semana Santa, en el ábside de la Santa Iglesia Catedral Metropolitana de la
ciudad, a cargo de D. Fernando Fernández Román.
Entre otros actos, la Cofradía tuvo el honor de recibir en
su sede, y durante la celebración de nuestro Solemne Quinario y Besapié, al
Arzobispo de Valladolid, D. Braulio Rodríguez Plaza.
En el año 2004, coincidiendo con el 75º Aniversario de la
fundación de la Cofradía, se llevan a cabo diversos actos, destacando entre los
mismos: la presencia de nuestra Cofradía en el cartel anunciador de la Semana
Santa de Valladolid y la del Stmo. Cristo del Olvido en el cartel de FITUR, la
presentación del Libro El Peso de la Cruz (1929 - 2004), compendio y resumen de
los 75 años de historia de la Cofradía; un ciclo de conferencias que versan
sobre cada uno de las Imágenes que la Cofradía ha procesionado, época, autor y
sociedad, a cargo de D. Enrique Orduña, ex-Alcalde de la Cofradía de las
Angustias, D. Pablo Marcos, ex-Hermano Mayor de la Cofradía de la Preciosísima
Sangre y D. Javier Burrieza, historiador; una exposición con el patrimonio más
destacado; una Eucaristía extraordinaria a celebrar el 21 de marzo; un certamen
de bandas de cornetas y tambores; la primera edición del Premio Lázaro Gumiel;
y por último, una procesión extraordinaria que se celebró el 27 de marzo y que
recorrió el centro de la ciudad, llegando al Convento de RRMM Catalinas (lugar
donde se venera el "Cristo en la Cruz" de Juan de Juni) y a la
Iglesia Penitencial de las Angustias (donde se rinde culto al "Cristo de
los Carboneros".
Los actos conmemorativos del 75º Aniversario fundacional
tuvieron como eje central un Comité de Honor que sus Majestades, los Reyes de
España, Don Juan Carlos I y Doña Sofía aceptaron a bien presidir.
Como agradecimiento, la Cofradía propuso su nombramiento
como Hermanos Mayores Honorarios, remitiendo con gusto su respuesta afirmativa
a la propuesta.
En el año 2005, Doña
Mª del Pilar Alonso Revuelta, fue la primera mujer en la historia de la
Cofradía en tener el cargo de Hermana Mayor. Durante esos años, la Cofradía se
mostró deseosa en continuar creciendo como símbolo de unión y fraternidad.
Desempeñó el cargo durante dos legislaturas consecutivas y culminó su mandato
presentando las nuevas andas del Stmo. Cristo del Olvido y dejando como uno de
los referentes musicales de la ciudad a la Banda de Cornetas y Tambores, apoyando la reforma musical interna de la
misma.
En 2013, Don Alfonso Guerra Alonso es nombrado Hermano
Mayor, teniendo como eje de su mandato la humildad, el compromiso y el trabajo
de todos, para mostrar el amor y seguimiento a Nuestro Señor Jesucristo.
En el mismo año, se otorgó a la Cofradía el Título de Real,
concedido por la Casa Real, habiendo aceptado con anterioridad el cargo de
Hermanos Mayores Honorarios sus Majestades D. Juan Carlos I y Dña. Sofía, Reyes
de España, convirtiéndose así, en la primera Cofradía de penitencia en
conseguir dicho Título en la ciudad de Valladolid, denominación de la que toda
la Cofradía se enorgullece y que posibilita la utilización de la Corona Real en
sus distintivos.
Por este motivo, el escudo fundacional fue adaptado
incluyendo en él, dicha Corona. También hay que destacar la realización de una
nueva bandera corporativa con el nuevo escudo y la restauración de la carroza
del Stmo. Cristo de la Preciosísima Sangre.
En el año 2017 y hasta la actualidad, Don Eduardo Sánchez
Velasco es nombrado Hermano Mayor, queriendo impulsar a la Cofradía a una
adaptación a los nuevos tiempos, con influencias actuales y basando su mandato
en la evangelización, la liturgia y en impulsar la acción social y las obras de
caridad.
El 8 de julio de 2018, y tras varios meses de trabajo y tras
la aprobación de un proyecto de adquisición por Cabildo General Extraordinario,
se bendijo en la Iglesia Parroquial Santa María La Antigua, la primera Imagen
Titular Mariana en la historia de la Cofradía, recibiendo el nombre de María
Santísima de la Caridad en el momento de su bendición.
La obra, realizada por Rafael Martín Hernández en 2017 por
iniciativa propia, se ubica junto al Stmo. Cristo de la Preciosísima Sangre en
su Capilla, donde se la rinde culto.
Procesiones en las que participa:
La Real y Venerable Cofradía de la Preciosísima Sangre de
Nuestro Señor Jesucristo participa activamente en las procesiones de
Valladolid, y es organizadora de dos de ellas.
El Lunes Santo, porta en andas a su Imagen Devocional, el
Santísimo Cristo del Olvido, obra de Pedro de Ávila en 1720. Esta procesión,
denominada de la Buena Muerte, que tiene sus orígenes a mediados de los 70,
tiene el fin de orar por los cofrades difuntos y rogar porque en el momento de
nuestra muerte, el tránsito hacia el Padre sea digno y sin dolor.
Por el contrario, el Jueves Santo, nuestro Titular, el
Santísimo Cristo de la Preciosísima Sangre, es el encargado de dar consuelo y
esperanza a los más ancianos de la ciudad, y aliento a los enfermos. Dentro de
la Semana Santa de Valladolid, la Procesión de Penitencia y Caridad tiene su
base histórica desde 1927. Años después, la Cofradía se incorpora a la misma.
En la actualidad, está organizada conjuntamente con la Muy Ilustre Cofradía
Penitencial de Nuestra Señora de la Piedad.
Y por último, en la tarde del Viernes Santo, participa
también con su Titular en la Procesión General de la Sagrada Pasión del
Redentor, organizada por todas las Cofradías vallisoletanas, siendo la
procesión por antonomasia de la ciudad. Veinte Cofradías y treinta y tres
pasos, la hacen única en el mundo.
También cabe destacar la representación que la Cofradía
aporta el Domingo de Ramos en la Procesión de las Palmas con su sección
infantil, en el Sermón de las Siete Palabras en la mañana del Viernes Santo y
en la del Encuentro Glorioso de Cristo Resucitado y la Virgen de la Alegría del
Domingo de Resurrección.
El resto de las Procesiones de la ciudad, siempre que sea
invitada, acuden los Cofrades que voluntariamente deseen participar.
Hábito:
El hábito de la Cofradía consta de túnica y capa de color
rojo vivo, capirote negro en terciopelo, cíngulo, calcetín, guantes y zapato
negro. En el lateral izquierdo de la capa luce una cruz gringolada en negro y
en el centro del capirote, a modo de peto, otra en rojo.
TÚNICA
En tela de color rojo vivo, rematada en cuello ajustado de
fieltro de color negro, con sobrepuños de encaje negro, sobre la bocamanga, con
un ancho aproximado de 12 centímetros y una tira de botones negros cerrando la
parte delantera desde el cuello hasta el bajo.
CAPA
En tela de color rojo (la misma que la túnica), rematada en
cuello ajustado de fieltro de color negro. Ésta capa lucirá en el lado
izquierdo, la cruz gringolada, emblema de la Cofradía en color negro.
CAPIROTE
En tela de terciopelo negro, con una forma marcada a modo de
peto y cubre espalda circular, portando la cruz gringolada emblema de la
Cofradía en color rojo, situada ésta en la parte central del peto.
CÍNGULO
En cordón negro trenzado, con borlas en ambos lados.
GUANTES
Negros. Como excepción, se autoriza a las Hermanas ataviadas
de mantilla, que acudan a la procesión del Domingo de Resurrección, con guantes
blancos.
ZAPATOS
De color negro sin hebilla.
MEDALLA
La medalla ha sufrido variaciones a lo largo de su historia,
siendo ésta la actual.
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